Jueves, 25 Abril 2024

Caña de azúcar: experiencias en Jujuy con un “cultivo conservacionista”

Sistematización productiva, manejo del agua y “caña verde” son algunas líneas aplicadas para el aprovechamiento de la caña, cultivo agrícola que caracteriza la economía del NOA desafiando a factores climáticos.  

Jorge Luis Bravo es responsable del departamento técnico de investigación y desarrollo de la empresa Ledesma. Disertó en el panel “El Desafío Ambiental y Producción Sustentable” del IX Congreso Nacional de Ingenieros Agrónomos, compartiendo las actividades que implican el manejo agrícola de este vegetal.

“La caña es un cultivo conservacionista, muy amigable. Es una gramínea C4 muy eficiente para el aprovechamiento de energía y al ser un cultivo perenne nos deja un buen aporte de materia orgánica año a año en el suelo”.

“Desde los años 70’ y 80’ se viene planificando y ejecutando una sistematización del campo en control de erosión hídrica, manejo de áreas deprimidas con anegamiento de napas freáticas e instalación de 11 mil hectáreas con drenajes subterráneos entubados”, mencionó el experto. Ello se tradujo en la mejora de niveles de salinidad tanto de los terrenos drenados como de las zonas aledañas, según explicó.

A su entender, un gran eje trabajado en Ledesma es la conservación de suelos: un manejo racional de la fertilización, en relación al consumo del cultivo y con mejora en la rotación y cuidado de este recurso. “Se pasó de quema de caña a caña verde para no contaminar el aire. Esto ayuda a cuidar la humedad de suelo, con menor cantidad de labranzas, preservación de humedad y calidad del suelo”, dijo.

“Estamos pasando por periodos donde nuestras producciones y las de los vecinos están con niveles  inferiores a las de décadas pasadas. No quiere decir que estemos haciendo peores las cosas, sino que tiene que ver con factores climáticos”.

En cuanto a manejo de agua, se avanzó en la captación de aguas superficiales para riego, junto a napas profundas y su empleo “a medida”, con importantes inversiones a las que señaló como “una dificultad”.

No obstante, refrendó: “se planifica su uso en función de la demanda de cada suelo, pasando de sistemas tradicionales de riego por gravedad a sistemas presurizados: vamos por unas 1000 hectáreas instaladas por riego por goteo”.

El foco en la mejora productiva no es nuevo. En 1951, los ingenios de Salta y Jujuy –encabezados por Ledesma y Tabacal- crearon la chacra experimental agrícola Santa Rosa (en el norte salteño), única institución privada dedicada a la investigación y biotecnología de esta especie en Argentina y de referencia a escala global.   

 

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