Jueves, 25 Abril 2024

De Jujuy al mundo: Cuando el techo es el universo y el objetivo es pensar en el otro

Ezequiel Escobar, tilcareño, pertenece a la generación sub 30. Seguro de sí mismo, aventurero, muestra al mundo que si uno quiere, puede. Perseverante, con altibajos, dejando de lado momentos de distracción por trabajo duro, junto a sus compañeros, socios, se puede llegar a concretar sueños y cambiarle la vida al que más lo necesita.

Allá en el 2013, en su paso por la facultad, cursó la carrera de ingeniería en informática. “Junto a mis compañeros veíamos que los chicos que se recibían, normalmente, aspiraban a entrar a trabajar algún sector de la administración pública o, bien, entrar a alguna empresa. Nuestra labor, por lo general, es cargar datos, arreglar computadoras, arreglar impresoras, sacar fotocopias, servir café, un poco de todo” contó el joven.

Fuerte en sus convicciones, Escobar, dice “si nos rompemos la cabeza cinco o seis años de nuestra carrera, hay que hacer algo grande, de Jujuy para el mundo y partimos de eso”.

Gustavo de la Quiaca, compañero en ese momento, hoy socio, alquilaba una pieza en el barrio Gorriti, los chicos decían que era como una vecindad. Había muchas piecitas y él alquilaba ahí.

“Nos juntábamos a programar, a trabajar después de la facu. Nos sentábamos en la cama con la compu y largamos. Empezamos por hacer páginas webs, edición de video, distintas cosas. En eso, al tiempo, se desocupa una habitación frente a la de Gustavo, hablamos con la señora y alquilamos la piecita. Le explicamos que era para hacer una “mini oficina” como teníamos un buen comportamiento accedió y así comenzó todo. Pintamos, compramos madera para los escritorios, teníamos una heladerita” entre risas cuenta que había agua nada más.

Para el grupo de compañeros armar su lugar de “trabajo”, tener un espacio de pertenencia y de creación, marcó un ante y un después. Un cambio, en el cual, sintieron que atravesaban la puerta y eran profesionales “para nosotros era como entrar a Google, un lugar para pensar y crear” relata Escobar.

“Nos animamos a creer en nosotros, cuando nadie creía en nosotros”.

“Culturalmente, estamos programados para algo ¿no?” analiza Ezequiel y agrega “decidimos hackear nuestro propio sistema y empezar a construir nuestro propio destino”.

Pensativo, cauteloso, Escobar explica “es muy difícil cuando volves al barrio, tu familia, tus amigos ves que van para un lado y nosotros vamos hacia el otro lado. No nos iba bien, hicimos páginas para la compra y venta de autos, sistema para repuesteras, páginas varias”.

En este intentar, de prueba y error, encontraron su propósito. “Un profesor de Universidad (cuando estábamos cursando) nos dice está bueno que sepan a logaritmo, fórmulas, programación, pero para aprobar la materia necesito que hagan un trabajo que tenga un impacto directo en las personas y nos sacó completamente de la caja donde vos te dedicas a estudiar para aprobar y donde nos llevó a pensar” cuenta el referente de Usound.

“Se nos vino a la cabeza Ariel, un compañero de la carrera que tiene una discapacidad auditiva y no se podía comprar un audífono porque tiene un costo de 2 mil a 5 mil dólares, totalmente inaccesible para muchas personas. Él llegaba siempre temprano, se sentaba adelante para escuchar al profe, a veces no era posible le daba vergüenza pedir el lugar entonces con el tiempo abandonó y eso nos descolocó” narró.

La situación de Ariel, lleva a los cuatros compañeros en pensar cómo unir la tecnología con sus conocimientos en informática y tratar de brindarle una nueva oportunidad para que se reincorpore a la carrera. De esta manera nace “USOUND” “Armamos una carpeta teórica y la presentamos aprobamos con 10 pero nos miramos ¿y ahora? Con esto no le cambiamos la vida a nadie y empezamos a pulir”.

Con ansias de más, aspirar y mirar un futuro prometedor, Escobar describe lo que fue ese paso “comenzamos a trabajar en un prototipo. Surge la posibilidad de participar en el mundial de tecnología, una competencia que se llama Imagine Cup de Microsoft. Primera vez que se presentaba el NOA, presentamos el proyecto pasamos distintas etapas, quedamos seleccionado entre las 6 mejores Universidades de Argentina y Uruguay para participar en la final regional en las oficinas de Microsoft en Puerto Madero (Buenos Aires).

“Fue como ¡¡wowww!! Llegamos a Buenos Aires. Estudiantes de informática, entrar a Microsoft, fue como entrar a Disney dijimos: concentrados que venimos con un propósito. Era una oportunidad para darle visibilidad a nuestro proyecto y que se realice”.

Recuerda, Escobar, como fue la primera prueba “para llegar ahí, hicimos un primer prototipo de aplicación, probamos en Helen Keller, ese momento fue muy fuerte porque uno de los chicos sale del aula, le ponemos un auricular bluetooth a una nena (con firma y consentimiento de los padres). Comienza a decir palabras, estaba la maestra y decía bien, bien, bien. Imagínate habíamos pasado horas y horas, días tras días programando en la piecita. Viene la madre, me da un abrazo y en ese momento me subió todo, dije: esto no es tecnología… es poder cambiarle la vida a una persona y quiero hacer esto toda mi vida”.

“uSound, a nosotros, como personas nos llevó a valorar muchas cosas. Entender el mundo desde otra perspectiva. Investigando, aprendimos que en el mundo hay más de 640 millones personas que poseen pérdida auditiva y cada 40 solo uno puede acceder a un audífono” asegura.

En ese transcurso, el grupo uSound ganó para representar a Argentina en la final mundial que se realizó en San Petersburgo Rusia. “Quedamos entre los 5 mejores de 76 países del mundo entre ellos los más fuerte en tecnología y ahí fue el momento en que me di cuenta que había algo más y somos capaces de explorarlo” relata nostálgico.

“Obtuvimos el apoyo de Microsoft, nos dieron licencias para avanzar en el proyecto. En el 2013 nos piden que constituirse como un startac, nosotros ¡ni idea que era!” cuenta expresivo y relata “nos dicen que teníamos que ser parte del ecosistema emprendedor, yo no sabía que era, a lo cual me dice que tiene que ir a una incubadora o aceleradora, se me vino a la cabeza hospital, no entendía nada”.

“Nos ponen en contacto con Telefónica, que tenían una aceleradora de empresas y presentamos un proyecto. De 500 propuestas seleccionan 8 y nosotros ¡quedamos! para ser invertidos por ellos, constituirnos como compañía con la condición de que uno de nosotros viva allá por un año. Me mude y fue muy difícil, pero fue la mejor experiencia de nuestras vidas, aprendimos sobre negocio. A los 4 meses viajó uno de mis socios y a los 3 meses siguiente se mudó todo el equipo. Alquilamos una casa” explica sorprendido y recordando lo vivido.

“Acá la tenes que vivir, no te la puedo contar. Volvía a Jujuy y le contaba a los chicos pasa esto, lo otro y me daba cuenta que le hablaba en chino entonces nos fuimos todos”.

En el medio de tanta adrenalina, movimientos, cambios en la vida de los chicos… continúan con su carrera unos cerrando la carrera, otros rendían “¡Fue tremendo! Subimos la App y explotó todo, entendimos que teníamos que tener una estrategia de negocio, un plan de negocio, un flujo de fondo”.

“Tuvo aceptación, mucho feedback, nos fuimos retroalimentando con la gente. Nosotros pensamos lo subimos y listo, pero en realidad fue paulatino, ir mejorando el producto hasta encontrar el punto óptimo”.

MIT (instituto tecnológico de Massachusetts es la institución de tecnología más importante del mundo. USOUND quedó seleccionado como los innovadores del año de la región. “Nos dio la posibilidad de ir a Boston, especialización en Harvard ¡muy loco!” cuenta recordando esos momentos que lo llenan de orgullo y convencido de que todo lo transitado fue la mejor decisión. “Ganamos una competencia de negocios. Nosotros, no nos habíamos recibido (de ingenieros) y competimos con personas que trabajaban en la NASA”.

Un tropezón no es caída

Su paso por distintos países, Escobar entendió que el “fracaso” es parte del proceso de aprendizaje y no te condenan. “Acá, Jujuy, Argentina, te condenan, si cambias de carrera y no la terminas es porque no te da la cabeza y tenes que laburar. Quizás es un proceso para darte cuenta hacia donde quieres ir, condenamos mucho ese pensamiento”.

“Una empresa que le va mal, quebró, no hay que darle prestamos, nada. Allá, en el extranjero, una compañía que quiebra, los inversores prefieren invertir en gente que se haya equivocado que a nuevos emprendedores porque saben que es muy difícil que se vuelva a equivocar” de los errores se aprende.

“Ser más colaborativo, chicos que me ofrecían Cambá y me decían fíjate si te sirve. Acá cuidas lo tuyo. El otro es mi competencia y, a veces, hay que entender que somos invisibles para el mundo. Si empezamos a potenciarnos es dónde realmente empiezas una sinergia y vinculas con otros emprendedores, a compartir contacto. Acá, si lo tienen se lo guardan”.

“Es círculo vicioso en donde como me guardo no genero y si yo no genero, vos no generás, ninguno genera y no hay forma de crecimiento” puntualizó Escobar.

Algo que quedó grabado en los pensamientos de Ezequiel es: “´No solo necesitamos empresarios exitosos sino sociedades exitosas´ y pienso que de eso se trata. Nadie te regala nada, hay que comenzar a generarlo o por lo hay que intentar. Todo el tiempo esperamos esperamos pero nunca estamos dispuesto a generar” reflexiona.

Hace poco…

“Me lo crucé al gobernador, me puse a charlar, le conté lo que hacíamos, pero con la idea de presentarme, contarle nuestro proyecto piloto con el Gobierno de Massachussets y me dijo: ¿Porque no lo implementamos acá? Tuvimos una reunión hablamos para establecer las bases en Jujuy. Tenemos un convenio grande con Samsung y se comienza a irradiar con otros chicos, vienen chicos a contar sus proyectos, a buscar consejos para emprender y de eso se trata”.

Generoso, con ganas de ayudar constantemente, brinda oportunidades a otros jóvenes “Lo que aprendimos en San Francisco, o que hacen los yaquis muy bien es ser modelos de rol que son tangibles. Si tomamos ese compromiso y crecemos desde acá, vamos a ser exponentes para otros chicos que también”.

“Me volví con todo y comenzamos a trabajar con el Ministerio de Salud, fue todo un desafío para trabajar, tenemos más que barreras que sortear, pero fuimos avanzando”. Hoy cuentan con una oficina constituida, un agradable y cálido lugar de trabajo. Un equipo formado por 20 chicos que trabajan por el proyecto.

“En el medio tuvimos que levantar inversión privada, inversiones locales, gente de EE.UU, entre otros”.

Para él fue un proceso grande, de ser el chico que iba a la Facultad a tomar las clases y se iba. No se quedaba a hacer sociales, fue un proceso grande a la hora de posicionar el proyecto.

“Nos falta construir un montón, creo que estamos en la primera etapa de algo grande. Su próximo objetivo es trabajar duro para llegar a corea el año que viene para que sea una implementación a nivel global”.

Esta alianza con Samsung les permite que ellos pongan toda la parte de Hadware, teléfonos y auriculares con cancelación de ruido y uSound pone el Software para hacer una herramienta portátil de detección de riesgo de hipoacusia.

“Hay muchos problemas para que una persona pueda acceder para conocer su salud auditiva, pero mediante esta herramienta que es gratuita podés llegar a muchísimas personas de manera exponencial” indica Escobar.

En la provincia se hacen entre 100 o 200 audiometrías por mes, con 20 equipos que pone Samsung de forma gratuita podes hacer 10.000 por mes, es exponencial el acceso que le podés brindar a las personas descentralizando la salud y democratizando el acceso a la salud que es un poco el foco hoy.

“Que la gente no tenga venirse hasta San Salvador sino que en cualquier lugar el agente sanitario pueda hacerte un test y determinar rápidamente si tenes o no pérdida de audición o hipoacusia” explica.

Nunca confiados, disfrutando, explorando cada momento, llegan a su objetivo y al día siguiente de nuevo trabajar, planificar, plantearse nuevos objetivos. Un equipo que incentiva, que son referentes para otros jóvenes, muestran que si uno quiere, se compromete “puede”.

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