Lunes, 13 Mayo 2024

Opinion: "La Nación se debe y necesita una Empresa Minera Nacional"

"Las industrias extractivas de recursos naturales no renovables –minera e hidrocarburífera- atraviesan en la actualidad una problemática, que resulta aún más complicada que el riesgo exploratorio y la búsqueda de inversores que financien los proyectos", expresó Favio Casarin, geólogo y abogado, quien brindó un análisis sobre el rumbo de la minería en el país.

¿Por qué Crees que la minería en la Argentina es atacada con mayor énfasis por los sectores ambientalistas?

El foco principal del ataque ambientalista extremo siempre fue la minería, y parecía estar circunscripto a esta actividad. Pero el éxito de los movimientos ecologistas frenando proyectos mineros parece extenderse, y le empieza a tocar a la industria del petróleo y gas. Lo que está ocurriendo principalmente en Mar del Plata con las áreas offshore concesionadas para exploración sísmica en el Mar Argentino lo demuestran. La situación es de sumo riesgo, y merece ser abordada desde distintas aristas.

En la minería los números reflejan perfectamente la situación, que pasó primero de un estancamiento a una declinación. El contexto actual de la minería metalífera en Argentina, es el peor en los casi 30 años desde que se sancionó en 1993 la Ley N° 24.196 de Inversiones Mineras: las exportaciones cayeron un 78 % desde el récord del año 2012; los nuevos proyectos aparecen en cuentagotas, y se paralizan algunos con gran potencial; siete provincias tienen leyes que prohíben la minería –y muy pronto puede sumarse la octava-; la desconfianza de la sociedad crece, y en gran parte rechaza la actividad. El panorama es desolador, y requiere acciones inmediatas a los fines de revertir esta oscura pendiente declinante.

¿Cuáles son a tu criterio, las alternativas que tiene la minería en ese contexto?

Hoy las opciones son dos:

Continuar en el camino actual: una minería cerrada, donde el Estado Nacional se ha desentendido y transferido responsabilidades que le son propias a las provincias. Hoy la Secretaría de Minería es una oficina de producción de estadísticas, y el Estado Nacional un mostrador al que concurren las corporaciones mineras internacionales solo a pedir mayores beneficios fiscales y cambiarios.

Las provincias que aún no cuentan con leyes que prohíban o limiten la minería, otorgan las concesiones de los descubrimientos a perpetuidad, la declaración de impacto ambiental, y algunas cuentan con empresas mineras provinciales que participan del proyecto solo en su carácter de socios minoritarios, ya que no poseen operatividad administrativa y técnica en los yacimientos.

En esta suerte de “que cada provincia decida si quiere o no hacer minería”, los acólitos partidarios de este esquema, entienden que la minería para desarrollarse sólo necesita más beneficios desde el Estado y seguridad jurídica. Es un pedir casi extorsivo, a cambio de traer inversiones.

En este esquema, la comunicación y el consenso comunitarios fue siempre secundario, y los resultados negativos no tardaron en llegar. No es cierto que la sociedad se oponga a la minería, lo que sucede es que se opone a este tipo de minería, donde no conoce a los responsables de los proyectos, y el Estado está ausente.

Producir un cambio cualitativo: «para salir del ostracismo y parálisis al que nos llevó el esquema señalado en el punto 1. Los cambios cualitativos son los que produjeron las transformaciones mineras reales: el primero fue el ya señalado con la sanción de la Ley 24.196 en 1993. El segundo fue en el 2004 con el Plan Minero Nacional, en el cual el entonces presidente Néstor Kirchner declaró a la minería como “Política de Estado”.

Estos cambios cualitativos, sirvieron en su momento y dieron un gran impulso a la industria. Pero lo que puede ser útil en determinado momento, no siempre lo será así. Hoy las circunstancias son distintas, y hay que entender que los impulsos pasan por otro lado. El tercer cambio cualitativo debe producirse urgente, porque ya la minería no puede darse el lujo de seguir adormecida, bajo el riesgo de extinguirse en los próximos años.

"Este nuevo vector que se ha introducido en el camino, es la problemática social que ha desencadenado una lucha sin cuartel entre extractivismo vs. ambientalismo".

¿Vos creés que el Estado debe tomar las riendas como se dice de la actividad minera a gran escala con la aparición del litio como la estrella en todo ésto?

El Estado como actor minero. Como ya se mencionó, en el organigrama administrativo del Estado, la minería carece de autonomía, y deambula desde hace décadas de un ministerio a otro. Cada nuevo secretario/a propone un nuevo plan (llamado estratégico o acuerdo federal), que en realidad son sucesivas repeticiones, de otros que ya fracasaron. Terminan en enunciados y declamaciones repetidas de un grupo cerrado por un lado, las provincias actuando por otro, y la sociedad con la desconfianza de siempre –y aún en aumento-.

Ante la gravedad de la situación descrita, cabe la intervención del Estado también de otro modo, inyectando acciones directas y concretas sobre el problema. Para eso existe un Estado, al menos para los que creemos que en situaciones de riesgo se lo necesita activo para corregir irregularidades, como sucede en prácticamente todos los países del mundo.

En los recursos hidrocarburíferos el Estado participa con YPF, pero con los recursos mineros se desentiende, y no existen razones serias para que ello ocurra. Más aún con una industria minera en franco retroceso y con cada vez más alta conflictividad social.

El Estado Nacional debe crear una Empresa Federal Minera dotada de un capital accionario mixto con participación estatal mayoritaria (Estado nacional más provincias e inversión privada), con régimen de sociedad anónima.

Esto en el corto plazo puede generar confianza y la responsabilidad directa del Estado sobre un proyecto minero que permita, al mismo, asociarse con los titulares de los derechos mineros en las distintas provincias con portfolio de proyectos que ya son conocidos y de rentabilidad asegurada.

La propuesta de creación de una empresa minera argentina público-privada es un verdadero cambio cualitativo. Una compañía de estas características funciona exitosamente en otros países del mundo con diferentes esquemas y participaciones del Estado: CODELCO en Chile, Vale en Brasil, ERAMET en Francia. El esquema considerado para nuestro país, es el que mejor se adapta a nuestra idiosincrasia, distribución geográfica y política, economía regional y a nuestra Constitución Nacional.

¿Cuál es el riesgo del intento?

Si sale mal, ninguno. Si sale bien, nada menos que enderezar el rumbo y cambiar la historia de la minería argentina: en producción, en empleo, en desarrollo de la industria nacional conexa, en crecimiento de la exportaciones. Y con el apoyo de la población. No es poca cosa. Solo razones de mezquindad, temores infundados, y defensa de determinados privilegios pueden sostener una negativa, y encima sin ofrecer argumentos, y ninguna propuesta alternativa de solución.

El régimen de una Sociedad Anónima está regulado por la Ley 19.550. De este modo, la Compañía no será estatal, sino con participación del Estado (Nacional y Provincias) que es otra cosa. A su vez, al ser una S.A., queda fuera del ámbito de regulación de las empresas públicas, y la misma deberá autosustentarse. Los agentes no serán empleados públicos, sino dentro del régimen de la Ley de Contrato de Trabajo y Convenciones Colectivas que correspondan por la actividad.

Se trata de una Compañía que saldrá a competir con las demás. ¿Cuál es el miedo?: tal vez la formación de un empresariado nacional que pueda romper el esquema de minería regalista que se arrastra de la época colonial y convertirse en más eficiente, inspirar mayor confianza en la población y resultar –por sentirlo propio- más cuidadoso en el respeto del medio ambiente y en el estilo de vida de las comunidades. Queda claro que el beneficio de las economías regionales y de la Nación con los debidos cuidados ambientales, debe prevalecer sobre los temores y beneficios de unos pocos.

 

¿Si tuvieras que describir cuáles serían los objetivos para crear una empresa minera nacional cuáles serían?

Objetivos de la Empresa Federal Minera

  1. Impulsar el desarrollo minero de manera federal y estratégica.
  2. Crear una herramienta que promueva la sinergia entre el capital privado y el sector público nacional y provincial, auspiciando contratos asociativos entre las partes.
  3. Dar comienzo a un proceso de inversión en I+D sobre aquellos minerales o conjunto de ellos, que sirvan como insumos de alguna de las cadenas de valor para el desarrollo industrial.
  4. Garantizar un desarrollo sustentable de los proyectos, con participación de las comunidades y aceptación de la sociedad.
  5. Instar asociaciones –pudiendo ser parte- entre pequeños productores y titulares de propiedades mineras que por sí mismos no resultan rentables.
  6. Acelerar tiempos de definición para el inicio de un proyecto minero, mediante la intervención en el mercado de capitales o utilizando aquellas herramientas económico financieras, tal como lo realizan las empresas major del sector.
  7. Planificar la construcción de una refinería de metales en el país, a los fines de agregar valor al producto extraído y promover más trabajo con mano de obra local.
  8. Promover y concretar el desarrollo de proveedores locales sustituyendo importaciones.

 

¿Cuáles serían a tu criterio, los puntos más importantes a tener en cuenta como conclusión de tu parte, si ésta nota es leída por las autoridades nacionales como Kulfas o el Presidente Alberto Fernández?

Las conclusiones:

  1. Respetando el derecho de dominio de las Provincias sobre los recursos mineros y la autonomía de sus empresas públicas provinciales, una figura empresaria con identidad nacional resulta necesaria como actor principal a los fines de generar asociaciones e impulsar proyectos de distinta envergadura, de modo federal y estratégico.
  2. Es imperioso crear la conciencia de una Minería Argentina, con un managment y empresarios visibles, asumiendo la responsabilidad frente a las comunidades y la sociedad en general.
  3. Resulta necesario romper la situación de parálisis y desconfianza que hoy demora o frena proyectos de todo tipo, por ello es el Estado quien, con un conjunto de herramientas eficaces, debe catalizar y acelerar a los mismos, en el término de tiempos políticos de corto y mediano plazo.
  4. La presencia activa del Estado, a través de la articulación de políticas públicas, programas y planes específicos para desarrollar a las regiones mineras parece imprescindible e inexcusable para conseguir que el desarrollo compartido e inclusivo en todo el país. 5. Traccionar desde el Estado este sector de la economía, pero a través de una Compañía con participación privada, generará divisas por la exportación y el desarrollo de economías regionales a través de una conectividad económica y comercial con industrias conexas. Con compromiso social y beneficio muto con las comunidades, implementando nuevas formas de relacionamiento con un sentido de pertenencia de que los beneficios de la industria quedarán en el país.

Fuente: Favio Casarin para www.bocadepozo.com.ar y www.jujuyeconomico.com.ar 

 

 

 

 

 

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Modificado por última vez en Lunes, 21 Febrero 2022 14:39

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