Viernes, 23 Mayo 2025

La madera, un negocio con futuro: fomentar la iniciativa privada y la visión a largo plazo

La generación de empleo, el potencial local y los horizontes de la foresto industria fueron ejes claves abordados por empresarios, emprendedores, estudiantes, funcionarios e interesados en la temática, durante el 2° conversatorio de “Producción en Foco”, ciclo promovido por la Unión Industrial de Jujuy para pensar en el presente y futuro productivo.

Eduardo Kingard Storni, ingeniero y socio gerente de Tallter SRL -fabricante de pallets para exportación- fue el expositor de la jornada, acompañado por el empresario Fernando Ortiz como moderador. Ambos abordaron los desafíos del rubro maderero que desde hace años busca crecer en la provincia y recuperar la importancia lograda décadas atrás. 

“Es una oportunidad de generar puestos de trabajo en una economía circular, de volver a forestar la provincia y trabajar con algo mucho más sostenible”, sostuvo el presidente de la Unión Industrial de Jujuy, Federico Gatti. Recordó que la provincia fue pionera en el desarrollo forestal, con negocios y plantaciones que, debido a la situación macroeconómica del país, fueron decayendo con los años. Si bien la demanda de madera es constante, este recurso se importa del NEA, aun cuando Jujuy tiene potencial para forestar.

 

Reforzar la “vocación de plantar”

“Jujuy está parado, no se está haciendo nada ahora, pero tiene una gran actitud forestal. Tiene muchas hectáreas que se podrían dedicar y daría trabajo a muchos jujeños”, expresó Eduardo Kingard, subrayando que entre 200 mil y 400 mil hectáreas de orden privado podrían ser destinadas a la forestación.

Recordó que el motor principal de la actividad fue la industria de Papel NOA, precedido por Celulosa Jujuy, pero la superficie plantada se redujo considerablemente. “Hoy la papelera tiene que comprar el 60% del material en el noreste argentino, porque aquí no hay material”, dijo.

Afirmó a Jujuy Económico que el piedemonte de todas las yungas, e incluso una parte de zonas agrícolas podrían ser aptas para forestación. Por ejemplo, explicó para sembrar una hectárea de eucaliptus, en promedio se requiere una inversión de unos 1.500 dólares, con un costo anual de 300 dólares y bajo mantenimiento.

 

“Falta iniciativa privada. El problema de Argentina, con sus inestabilidades, hace que a las generaciones nuevas les cueste pensar en el largo plazo. Eso hace que haya poca voluntad de forestar”.

 

“Siempre la iniciativa privada es la que define si es rentable o no rentable. Hay que hacer bien el planteo. Pero, evidentemente, hay un mercado grande aquí para pequeñas plantaciones: 100 a 200 hectáreas tendrían totalmente asegurada su venta en el mercado local”, prosiguió el referente. La madera de obra misionera, de valor comercial ascendente en nuestra región, es lo que mayormente se observa en el mercado local.

Ante la inestabilidad, se exige la búsqueda de eficiencia para la supervivencia del negocio. Actualmente, manifestó que las pymes se vinculan a grandes empresas “que generan mucho trabajo, como Ledesma, Ingenio Rio Grande, Papelera del Noa”, las cuales “derraman a proveedores chicos que operan para ellos”.

Asimismo, subrayó los múltiples usos del recurso, como la generación de energía: “más de la mitad de la madera normalmente en un aserradero se tira, el aserrín se quema. Hay muchas tecnologías para convertir eso en producto y completar el ciclo. En nuestra empresa, estamos haciendo un proyecto para no tener residuos, volviendo a convertirlos en producto”.

Al respecto, mencionó que se inaugurará una tercera planta de biomasa en Corrientes, de 100 MV y que consumirá 1 millón de toneladas de restos madereros por año. En cambio, la escala más chica en Jujuy obligaría a buscar otras alternativas, donde la tecnología actual permitiría generar energía desde la madera para abastecer a viviendas.

Finalmente, abordó la necesidad de normativas que estimulen la foresto industria. “En una época, adelantaban plata a cuenta de una ley nacional que hoy no está funcionando. Pero fueron 2 años que sirvió, porque la gente se entusiasmó y plantó. El tema es ese, el largo plazo versus el corto plazo; la necesidad de dinero es a veces obstáculo para arrancar esto”, concluyó.

 

La experiencia fabril

“Actualmente la coyuntura está compleja. Ha bajado mucho la construcción en general. El año que pasó fue difícil para el sector de la construcción, porque hubo una baja de la demanda. Uno espera que sea algo parcial, que no sea algo continuo, pero a nivel mundial hay una tendencia muy fuerte del uso de la madera”, expresó Fernando Ortiz, cuya empresa –Ortiz Maderas- se dedica desde hace 45 años a la fabricación de puertas y ventanas de ese material en la localidad de Río Blanco.

“Consumimos madera proveniente de bosques nativos, de Jujuy, de Salta y también gran parte la traemos de Corrientes y Entre Ríos”, dijo. Uno de los aspectos claves es que, históricamente, la madera implantada y comercializada en Jujuy suele ser más cara que la del NEA, aun incluyendo los costos de transporte. Ello motiva a repensar toda la cadena.

Al ser consultado por la mirada sustentable de este sector fabril, afirmó a Jujuy Económico que la empresa decidió mantenerse en la construcción de ventanas de madera, pese a las tecnologías aplicables en ventanas de aluminio y de PVC, “porque hay una mirada a nivel mundial del cuidado del medio ambiente, que hace que la madera sea un material muy interesante: es ecológico, captura dióxido de carbono y su huella de carbono es muy baja”.

Analizó que los precios de la madera implantada no se han disparados en estos últimos periodos y  están más o menos estables en Argentina. No obstante, aclaró: “productos muy a medida, como el que hacemos, suelen tener precios elevados respecto a un producto estandarizado”, explicado por el valor agregado y el desarrollo puntual de cada pieza.

“La madera no debería ser un material más caro que otro material”.

 

El desafío de lograr la “espalda financiera”

A modo de conclusión, el presidente de la UIJ Federico Gatti abordó el necesario fomento a la construcción con madera, argumentando beneficios ambientales y costos más económicos respecto a la construcción tradicional. 

 “No necesitamos de ninguna ley nacional, tenemos las tierras, la oportunidad, el mercado. Nos faltan por ahí recursos humanos formados, porque los pioneros ya están grandes, pero hay tiempo para formarlos. Es una oportunidad: en lugar de invertir en vivir de una renta, invertir en una forestación genera una rentabilidad mayor”.

Analizó que en el sector se requieren 8 años en promedio para poder capitalizar una primera inversión, con “una espalda financiera” que soporte ese plazo, una maduración y una amortización distinta.

“El sector puede generar algún tipo de políticas de incentivo para adelantar ese costo financiero, y puede haber herramientas dentro de la provincia para generar fideicomisos. Lo que hay que hacer es buscar tierra y capitales para poder invertir y generar esta economía circular, que genera también un círculo virtuoso: a medida que se van cortando, las plantaciones se van renovando, así que eso además tiene todo un beneficio ambiental”, explicó a Jujuy Económico.

“Venimos de años bastante malos, pero en este tipo de industria no importa el tipo de cambio, porque se genera un insumo que se requiere internamente. Tampoco hay el tema del flete o la logística, sí la tecnificación, pero eso es algo que viene a partir del octavo año, con lo cual hay todo un periodo para poder invertir en capital intensivo”, finalizó.

 

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Modificado por última vez en Jueves, 24 Abril 2025 19:24

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