En una entrega para Jujuy Económico, el experto detalló:

“Quizás la fuerte migración colombiana, primero, y masivamente venezolana luego, no fueron fenómenos fáciles de predecir en Antofagasta y el norte de Chile. Ni menos hubo preparación para evitar posibles efectos negativos. Pero lo que puede ocurrir por los cambios climáticos es más factible preverlo, desde la posible migración que puedan generar sequías prolongadas hasta devastadoras inundaciones, no sólo en países vecinos, sino hasta en territorios algo más lejanos. Por eso es interesante poner atención en posibles proyectos futuros de capacitación y preparación para actuar oportuna y eficientemente ante posibles migraciones por cambios climáticos. O de otros efectos regionales por los previsibles cambios climáticos”.

“Esta preparación pudiera generarse como resultado de un reciente seminario sobre estos temas, organizado por la iniciativa Migration EU eXpertise (MIEUX), financiada por la Unión Europea e implementada por el Centro Internacional para el Desarrollo de Políticas Migratorias, con la participación de Redes Chaco y varios otros organizaciones regionales y académicas del Gran Chaco Americano, que comprende áreas limítrofes entre sí de Argentina, Bolivia, Paraguay y Brasil. Es el mayor bosque seco continuo del mundo, con 1,1 millones de kilómetros cuadrados, con una gran diversidad cultural y una rica biodiversidad. Es una de las regiones más vulnerables a los efectos del cambio climático y actualmente enfrenta aumento de la temperatura, sequía, escasez de agua, inundaciones, deforestación e incendios. Estos enormes desafíos ambientales generan movimientos de población de diferentes tipos, relacionados con la crisis climática, la degradación, los desastres y el modelo de desarrollo imperante. El Corredor Bioceánico Vial atraviesa buena parte del Gran Chaco, en territorio paraguayo y argentino, antes de llegar a Chile”.

“En el citado seminario, realizado en Foz de Iguazú –Brasil- expusieron las y los expertos que estudiaron la situación en el Gran Chaco Americano por dos años y se conoció la experiencia de pobladores de esa área, ante autoridades y representantes de regiones de Argentina, Bolivia y Paraguay. Fue auspiciado por la Zona de Integración del Centro Oeste Suramericano (Zicosur) y tuvo la colaboración de NAPI-Trinacional y la Asociación Comercial e Industrial de Foz de Iguazú (ACIFI). Allí se demostró que la movilidad humana inducida por factores ambientales y climáticos en el Gran Chaco Americano es una realidad actual y un riesgo en los próximos años, como también pudiera ocurrir en otros territorios de América del Sur. Por eso se propuso desarrollar sistemas de alerta temprana y apoyar las ya existentes; crear mecanismos de monitoreo y de evaluación permanente de las situaciones de riesgo; desarrollar un protocolo preventivo comunitario para enfrentar las amenazas climáticas y ambientales; implementar mecanismos de identificación y de atención a las personas afectadas por eventos ambientales y climáticos, que se movilizan en situaciones de vulnerabilidad, así como priorizar la preservación y generación de los medios de subsistencia locales para el desarrollo humano justo y equitativo en la región”.

“La metodología aplicada en este estudio internacional y el know-how acumulado pudiera servir para que otros gobiernos subnacionales de la Zicosur, interesados en prever consecuencias y preparar políticas públicas ante el cambio climático, pudieran capacitar a un equipo especializado, con la experiencia de los expertos de la Unión Europea y de este exitoso proyecto del Gran Chaco”.