Servirán para adquirir máquinas, herramientas e insumos. También habrá préstamos más amplios con un 3% de interés y un esquema de mejor acceso a los instrumentos que ofrecen los bancos públicos.
El financiamiento previsto en un principio es de $4.000 millones pero a mediano plazo esperan alcanzar a cuatro millones de beneficiarios con préstamos de, en promedio, $150 mil.
Incluye cuentapropistas o emprendedores, pero también cooperativas y empresas recuperadas. Por eso el plan que terminará de definirse en diálogo con el Ministro de Economía Martín Guzmán y el de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, tiene previstas distintas herramientas que se adapten a cada necesidad.
La iniciativa prevé tres esquemas que varían de acuerdo al tamaño del proyecto y al monto del crédito. Una porción significativa de los fondos se destinará a préstamos no bancarios a tasa cero para pequeños cuentapropistas. Luego, habrá una línea con un interés del 3% para emprendedores de mayor desarrollo. Por último, se facilitará el financiamiento a cooperativas y empresas recuperadas a través de instrumentos de bancos públicos. En el Gobierno entienden que las dificultades en el acceso al crédito son un problema para el desarrollo y la producción de estas unidades. Explican que “como no pueden acceder al sistema tradicional terminan recurriendo a prestamistas por fuera del circuito que muchas veces cobran tasas usurarias”.
El foco del plan estará puesto en acelerar la adquisición de máquinas, herramientas e insumos para la producción. “Hace falta capitalizar a muchos sectores de la economía popular. El promedio de estos créditos hoy es de $60 mil pero yo creo que tenemos que llegar a una media de $150 mil”, dijo a Ámbito el ministro Daniel Arroyo.
En los próximos días se conocerán más detalles, pero el financiamiento previsto para una primera etapa es de $4.000 millones. En el mediano plazo se buscará asistir a unas 4 millones de unidades productivas. Esa cifra no es solo una aspiración, sino que se trata de una respuesta al diagnóstico de que hoy unas 6 millones de personas en Argentina trabajan como cuentapropistas. “La idea es reactivar desde abajo hacia arriba”, señaló a este medio un alto funcionario del Gobierno.